Nos planteamos como un espacio de producción y difusión del conocimiento del pasado latinoamericano a nivel local, regional y global. Esto porque consideramos necesario el involucramiento de la arqueología en el pasado lejano y reciente, y en la historia de las comunidades indígenas, campesinas y/o urbanas actuales. Aspiramos a comenzar desde una reflexión teórica propia y posicionada, articulándonos a su vez en torno a una praxis social que se opone a la actual condición mercantil de la disciplina, es decir, aquella práctica enmarcada dentro de los límites del sistema capitalista.

Como Centro de Estudios Arqueológicos e Históricos, es fundamental que la construcción de la historia, del patrimonio y de la memoria se gestione desde la democratización del conocimiento, con un posicionamiento crítico respecto de las instituciones políticas y económicas involucradas. Para ello, consideramos fundamental la creación y apropiación de espacios de producción y difusión locales y cotidianos, con un grado de inserción comunitaria relevante. Así, nos proyectamos como una plataforma de desarrollo orgánico para la investigación y acción político-científica en torno a la historia y memoria latinoamericanas, que permita en perspectiva de futuro construir un espacio susceptible de articulación con otras actorías a lo largo del territorio.

Uno de nuestros fundamentos es la socialización del conocimiento producido y adquirido, con una teoría constantemente vinculada a la praxis. En esta línea, aspiramos a la construcción de una perspectiva territorial y latinoamericanista, donde la creación y utilización de metodologías de difusión e integración permita un vínculo significativo con el resto del campo social. Junto con ello, nos proponemos trabajar también desde una perspectiva de clase y feminista, que problematice, cuestione y desnaturalice los conflictos históricos entre actores sociales y los discursos generados por ellos. Dadas las condiciones del desarrollo histórico de nuestro continente, pensamos como tareas de las disciplinas y ciencias históricas:

a) la reconstrucción de la historia ancestral de los territorios, iniciativa en la cual la arqueología juega un papel fundamental, y

b) reescribir las historias generales y específicas de las dinámicas patriarcales, de expoliación y explotación que se han desarrollado en la integración latinoamericana al capitalismo mundial, desde el colonialismo del siglo XVI y hasta el neoliberalismo contemporáneo.

Por último, asumimos también la necesidad de analizar con perspectiva crítica nuestras propias lógicas de trabajo así como las dinámicas internas de las disciplinas históricas: sus formas de estructuración del trabajo; las relaciones de poder, género y clase; y su inserción general dentro del capitalismo y sus lógicas de mercado generales y específicas.